Azul

“Te extraño”, pensé.

Platicábamos de noche, como siempre, reposando a un costado de los sueños.

Y él contestó desde muy lejos, “extrañar es el extra de… ¿añir?”

Sí, te estoy azulando…

Ahogándote en las olas.

Clavándote en el cielo.

Guardándote en la música.

Llevándote en las lágrimas que ya no lloro.

El añil volviéndote un extraño.

Allí, como no te imaginaba, congelado.

Extrañarte se me volvió un arte.

Encontrar belleza en la ausencia.

En el recuerdo moribundo.

Te dije “no, es extrañar, como extra de añar”

Sembrándote…

Y papá prometió que, al marcharse, mandaría a quien seguiría contándome cuentos.

Sacar el coche del fondo de la arena.

A veces te extraño, como un extra de tiempo, de años sin ti.

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