Mapa

Noches
Desaparecí un momento cuando se fue. ¿Cómo pasó? Vi borrosamente uno a uno sus pasos alejándose de mi puerta y fue como si se me escapara el alma. ¿Al irse él de mí, me estaba yendo yo también? Pasa que hay personas que marcan caminos. Como si fueran el GPS para tu vida y quizá hasta tu reloj. ¿Qué es la mañana sin sus brazos anidándote? ¿Qué es la tarde sin sus “vamos a caminar”? ¿Qué es la noche sin ver juntos esa serie antes de dormir? Y de pronto ya no hay plan, ni brújula, ni termostato. Sólo frío, sólo neblina, sólo día hasta de noche: los ojos perdiendo la noción de cuándo hay que dormir. 

Pasa que las personas se vuelven un mapa y así con la ruta marcada caminas de su mano hasta que ya no sabes dónde estás. Te pierdes con toda la intención, pero sin saberlo, y aún así te preguntas «¿sigo el mapa correcto?»

Pasa que las personas se vuelven un mapa y así con la ruta marcada caminas de su mano. Das un paso, das dos y de repente ya no sabes dónde estás, hasta que lo encuentras a él. Pasa que de pronto eres tan feliz que si es tu camino o el suyo da lo mismo. Pasa que sigues caminando hasta que ya no sabes por qué calle vas y cierras los ojos. Pasa que las calles se vuelven empedradas, hay surcos o montañas, pero él te da la mano y en ocasiones te carga. Pasa que cada vez hace más frío, pero sigues caminando porque él te abraza. 

Pero cuando se detiene y se marcha, ¿cómo regresas si caminar y caminar te dejó cansado? ¿Cómo te ubicas en un mapa que no es tuyo? ¿Cómo regresas solo en un camino formado para dos? Confundido, no sabes para dónde girar y mejor te detienes. Te quedas allí perdido. 

Pasa que el tiempo se va. Pero también pasa que hay un momento en el que decides caminar de nuevo a un no sé dónde, pero caminas. Y los pies se te hinchan. Y te salen escamas. Y la piel fría te corta. Pero así, necio, como debería ser, caminas. Entre arbustos, entre arenas movedizas, entre serpientes. Pasa que de pronto, después de perder las uñas del pie de tanto caminar, ves un sendero confiable. Y así, pasa que sigues caminando hasta que lo pierdes de vista a él y encuentras por fin un pedazo de ti.

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